Para Heatherwick, su creación representa "la unión y congregación en paz" de cada una de las 204 naciones participantes.
El Pebetero en su nueva ubicación. |
Surgiendo de la unión inesperada de cientos de partes, el pebetero olímpico sorprendió al mundo con su dinamismo y belleza. Y en pocos días volverá a disiparse casi mágicamente. Pero, ¿qué buscó expresar el hombre que soñó y llevó este ícono olímpico a la realidad?La ceremonia en general fue ideada por el director de cine Danny Boyle, pero fue el diseñador británico Thomas Heatherwick el encargado del increíble pebetero.
Para Heatherwick, su creación representa "la unión y congregación en paz" de cada una de las 204 naciones participantes.
Cada una de las copas metálicas en forma de pétalo, transportadas al estadio por las delegaciones en el desfile general, fue colocada sobre un tallo metálico.
Cuando los siete jóvenes que portaban antorchas encendieron los primeros pétalos, los tallos comenzaron a elevarse hasta que los 204 fuegos convergieron en la imponente llama olímpica.
Al final de los Juegos, cada nación se llevará su pétalo, según explicó Heatherwick.
El diseñador de 42 años, quien ha sido descrito como "el Leonardo da Vinci de los tiempos modernos" por el diseñador británico Terence Conran, señaló que "la idea es que el pebetero se desmantelará a si mismo y volverá a la superficie".
"El comité olímpico de cada país se llavará un pétalo. Cada uno tendrá una parte" y de alguna forma la llama continuará su vida en una nueva manifestación, a través de sus pétalos.
Heatherwick, quien estudió diseño en el Royal College of Art en Londres, ya era conocido por otras creaciones innovadoras como la Catedral de Semillas en la Expo 2010 en Shanghai y los nuevos buses de dos pisos en la capital británica.
"Pensamos en este evento increíble en el que se congregan 204 naciones y que más allá de la competitividad deportiva es un evento de paz".
"Nos pareció que simplemente diseñar otra forma diferente de pebetero o tazón con un soporte no era suficiente. Así que comenzamos a pensar el concepto desde el comienzo, qué y cómo, trabajando al mismo tiempo con Danny Boyle para llevar la idea a la realidad".
Heatherwick explicó que la idea inicial con que encaró el diseño fue lograr un pebetero cuya presencia no fuera obvia, un estadio sin "una cosa u objeto" que pudiera verse desde el comienzo como un pebetero.
El creador británico buscó un diseño en el que "estos 204 objetos muy pequeños y humildes se congregaran y elevaran desde la superficie en el centro del estadio".
Cuando los primeros 10 pétalos se habían elevado el siguiente segmento de tallos comenzó su ascenso hacia el cielo.
"La idea era algo similar a la cabeza de una flor de diente de león, cuyas semillas son sopladas por el viento. La idea funcionó y esto fue un gran alivio".
Heatherwick dijo luego de la ceremonia a un diario local que en el ensayo del día anterior a la inauguración uno de los tubos de metal se había atascado. "Si esto hubiera ocurrido el viernes, habría sido un momento terriblemente embarazoso".
El taller de StageOne "parecía una fábrica de dispositivos ultramodernos de un film de James Bond", según Heatherwick.
La empresa australiana FCT Flames, que se especializa en el diseño, fabricación y operación de efectos especiales con llamas para eventos fue la responsable de crear los quemadores de gas en los pétalos.
Gran parte del tiempo de preparación en el proyecto para la empresa australiana se invirtió en "investigar el mejor tipo de quemador, la forma de la llama y el flujo de aire requerido para lograr el efecto buscado por el diseñador", aseguró Constantino Manias, director de la compañía.
Las llamas son en sí mismas "objetos hermosos, vivos y al mismo tiempo peligrosos, por lo que una de las consideraciones principales fue la seguridad de los espectadores", agregó Manias.
"Correr con la antorcha en el 48 fue un honor y en esta oportunidad cuando el pebetero se encendió se me cayeron las lágrimas", dijo Playfooot.
La ubicación del pebetero ha generado polémica, ya que por primera vez en la historia reciente de los Juegos no se ve desde fuera del Estadio Olímpico.
Jackie Brock Doyle, vocera del comité organizador de Londres 2012, señaló que "no es verdad que el pebetero no se pueda ver, todo el mundo tiene acceso a él gracias a la tecnología moderna. Con la televisión, internet o pantallas gigantes todos pueden verlo durante 24 horas al día. Queríamos que la llama estuviera en un lugar similar al que tuvo en los Juegos de 1948 y por eso se diseñó así. Es una zona más íntima".
El presidente del Comité Organizador, Sebastian Coe
Heatherwick dijo por su parte que "existe un precedente en el 48, cuando el pebetero se encontraba dentro del estadio".
"Con la tecnología que tenemos ahora podemos compartir estas imágenes a través de pantallas. Sentimos que el uso de pantallas en la ceremonia reforzaba la idea de intimidad, ya que de lo contrario debíamos haber usado un gran pebetero que se elevara en el aire y esto iba en contra de la idea de Danny Boyle, de crear algo arraigado a nivel de los espectadores", agregó.
Una llama que surge de la unión de sus partes, que emerge en forma dinámica para sorprender al mundo y que se transformará en una nueva manifestación.
La creación simboliza para algunos que los mayores tesoros no se encuentran necesariamente solo en sus formas usuales, sino que a veces la mayor riqueza está en las cosas que nos rodean y que a menudo pasan desapercibidas.
Por televisión, internet o en directo, la imagen del pebetero es un testimonio vivo no solo de los Juegos de Londres sino del poder del diseño para conmover, congregar y comunicar a los seres humanos ideales y belleza.
Tomado: Terra
Para Heatherwick, su creación representa "la unión y congregación en paz" de cada una de las 204 naciones participantes.
Cada una de las copas metálicas en forma de pétalo, transportadas al estadio por las delegaciones en el desfile general, fue colocada sobre un tallo metálico.
Cuando los siete jóvenes que portaban antorchas encendieron los primeros pétalos, los tallos comenzaron a elevarse hasta que los 204 fuegos convergieron en la imponente llama olímpica.
Al final de los Juegos, cada nación se llevará su pétalo, según explicó Heatherwick.
El diseñador de 42 años, quien ha sido descrito como "el Leonardo da Vinci de los tiempos modernos" por el diseñador británico Terence Conran, señaló que "la idea es que el pebetero se desmantelará a si mismo y volverá a la superficie".
"El comité olímpico de cada país se llavará un pétalo. Cada uno tendrá una parte" y de alguna forma la llama continuará su vida en una nueva manifestación, a través de sus pétalos.
Heatherwick, quien estudió diseño en el Royal College of Art en Londres, ya era conocido por otras creaciones innovadoras como la Catedral de Semillas en la Expo 2010 en Shanghai y los nuevos buses de dos pisos en la capital británica.
Una flor en el viento
"Sabíamos que los pebeteros parecían volverse cada vez más grandes y más altos en cada juego. Y no queríamos simplemente hacer un pebetero mayor que el anterior", dijo Heatherwick."Pensamos en este evento increíble en el que se congregan 204 naciones y que más allá de la competitividad deportiva es un evento de paz".
"Nos pareció que simplemente diseñar otra forma diferente de pebetero o tazón con un soporte no era suficiente. Así que comenzamos a pensar el concepto desde el comienzo, qué y cómo, trabajando al mismo tiempo con Danny Boyle para llevar la idea a la realidad".
Heatherwick explicó que la idea inicial con que encaró el diseño fue lograr un pebetero cuya presencia no fuera obvia, un estadio sin "una cosa u objeto" que pudiera verse desde el comienzo como un pebetero.
El creador británico buscó un diseño en el que "estos 204 objetos muy pequeños y humildes se congregaran y elevaran desde la superficie en el centro del estadio".
Cuando los primeros 10 pétalos se habían elevado el siguiente segmento de tallos comenzó su ascenso hacia el cielo.
"La idea era algo similar a la cabeza de una flor de diente de león, cuyas semillas son sopladas por el viento. La idea funcionó y esto fue un gran alivio".
Heatherwick dijo luego de la ceremonia a un diario local que en el ensayo del día anterior a la inauguración uno de los tubos de metal se había atascado. "Si esto hubiera ocurrido el viernes, habría sido un momento terriblemente embarazoso".
La unificación de las 204 llamas |
Llamas vivas
Los pétalos de cobre fueron fabricados por la empresa StageOne, de Harrogate, Inglaterra, y creados por artesanos que en el pasado produjero láminas metálicas para compañías de autos de lujo como Bentley.El taller de StageOne "parecía una fábrica de dispositivos ultramodernos de un film de James Bond", según Heatherwick.
La empresa australiana FCT Flames, que se especializa en el diseño, fabricación y operación de efectos especiales con llamas para eventos fue la responsable de crear los quemadores de gas en los pétalos.
Gran parte del tiempo de preparación en el proyecto para la empresa australiana se invirtió en "investigar el mejor tipo de quemador, la forma de la llama y el flujo de aire requerido para lograr el efecto buscado por el diseñador", aseguró Constantino Manias, director de la compañía.
Las llamas son en sí mismas "objetos hermosos, vivos y al mismo tiempo peligrosos, por lo que una de las consideraciones principales fue la seguridad de los espectadores", agregó Manias.
Llamas Vivas |
Símbolo íntimo y polémico
El pebetero fue trasladado luego de la ceremonia desde el centro hasta el acceso sur del estadio. La llama olímpica fue conservada momentáneamente en un farol y transferida una vez más por Austin Playfoot, uno de los portadores de la antorcha en los juegos de Londres de 1948."Correr con la antorcha en el 48 fue un honor y en esta oportunidad cuando el pebetero se encendió se me cayeron las lágrimas", dijo Playfooot.
La ubicación del pebetero ha generado polémica, ya que por primera vez en la historia reciente de los Juegos no se ve desde fuera del Estadio Olímpico.
Jackie Brock Doyle, vocera del comité organizador de Londres 2012, señaló que "no es verdad que el pebetero no se pueda ver, todo el mundo tiene acceso a él gracias a la tecnología moderna. Con la televisión, internet o pantallas gigantes todos pueden verlo durante 24 horas al día. Queríamos que la llama estuviera en un lugar similar al que tuvo en los Juegos de 1948 y por eso se diseñó así. Es una zona más íntima".
El presidente del Comité Organizador, Sebastian Coe
Heatherwick dijo por su parte que "existe un precedente en el 48, cuando el pebetero se encontraba dentro del estadio".
"Con la tecnología que tenemos ahora podemos compartir estas imágenes a través de pantallas. Sentimos que el uso de pantallas en la ceremonia reforzaba la idea de intimidad, ya que de lo contrario debíamos haber usado un gran pebetero que se elevara en el aire y esto iba en contra de la idea de Danny Boyle, de crear algo arraigado a nivel de los espectadores", agregó.
Una llama que surge de la unión de sus partes, que emerge en forma dinámica para sorprender al mundo y que se transformará en una nueva manifestación.
La creación simboliza para algunos que los mayores tesoros no se encuentran necesariamente solo en sus formas usuales, sino que a veces la mayor riqueza está en las cosas que nos rodean y que a menudo pasan desapercibidas.
Por televisión, internet o en directo, la imagen del pebetero es un testimonio vivo no solo de los Juegos de Londres sino del poder del diseño para conmover, congregar y comunicar a los seres humanos ideales y belleza.
Tomado: Terra
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